El boxeo es una disciplina que se engloba dentro de los deportes de combate. En algunas clasificaciones también se le considera un arte marcial.
Desde siempre ha sido un deporte con muchos adeptos, que según las modas o tendencias, se incrementan o disminuyen. No obstante, el boxeo es popular entre jóvenes y adultos, pero no tanto en adolescentes y niños. Esto se debe a que se tiene la percepción de que es un deporte más peligroso que otros y se reserva más a la etapa adulta. Y es cierto, ya que sin las protecciones adecuadas hay golpes que pueden ser muy dañinos.
En los últimos años se ha querido alejar al boxeo de esta imagen tan violenta y ya es frecuente ver combates en los que los boxeadores están muy protegidos. Por otro lado, el boxeo también se ha puesto de moda como una forma de hacer deporte para el mantenimiento físico, sin tener que pelear contra un contrincante o recibir golpes fuertes.
En este artículo venimos a resolver la duda de si es bueno el boxeo para niños.
Ya te adelantamos que la respuesta es que sí. Te contamos todos los beneficios del boxeo para niños y adolescentes.
Desfogar
A veces nos olvidamos, pero ya sea boxeo inglés, kickboxing o boxeo tailandés, estamos ante una verdadera disciplina física. Esto explica por qué cada ronda de los combates de boxeo dura tres minutos para los hombres y dos minutos para las mujeres.
El boxeo es un deporte de desgaste en el que podemos soltar toda la tensión que llevamos dentro.
Por ello, en primero lugar, el boxeo nos ofrece la ventaja principal de permitir que los niños hagan ejercicio, reduzcan la presión de un día estresante y suden. Los niños, que pueden llegar a ser incansables y están llenos de energía, gastarán buena parte de esta en las clases de boxeo.
Una clase de boxeo de alta intensidad y los niños llegarán agotados a casa y listos para quedarse dormidos en cuanto se metan en cama.
Porque sí, entre los sacos de boxeo, las patadas y la tensión de estar alerta, el boxeo es un deporte completo, que implica una determinada condición física. Eso sí, si tu hijo no está acostumbrado a hacer deporte y no es de estos niños que están eléctricos todo el día, te recomendamos que se lo avises al entrenador. El pequeño no podrá someterse a unas clases de un deporte de alta intensidad si nunca antes ha hecho deporte.
Sería lo mismo que los adultos. Si no haces deporte normalmente y vienes de una época de sedentarismo, no puedes ir a tope en las primeras clases. Lo más probable es que te desmayes y que al día siguiente no puedas andar de las agujetas.
En el ring, todo será un conjunto de cualidades que el niño tendrá que desarrollar, para que, al final, salga del polideportivo sin nada más que la certeza de haber desfogado como se debe.
Mejorar la confianza en sí mismos
Todos los deportes deberían cultivar esta destreza en los niños. Así como todas las actividades extraescolares que el niño haga. La parte de ejercitarse y hacer deporte está bien, pero si puede combinarse con un desarrollo personal estará todavía mejor.
Como muchos deportes, el boxeo ofrece una gran ventaja: aumenta la confianza en uno mismo. ¿A qué se debe? Porque en las clases de boxeo, no solo se trata de patear a un contrincante en el ring y verse ganador, la cosa va mucho más allá de ganar o perder.
Aprender de los errores, entender y controlar el cuerpo, comprender el interés de la preparación física para después obtener buenos resultados en la ejecución de la pelea…
El niño podrá mejorar significativamente la relación consigo mismo y con su cuerpo.
Cuando practicamos un deporte, poco a poco vamos aprendiendo a conocernos mejor, a entender las habilidades y virtudes de nuestro cuerpo para dar lo mejor de uno mismo dentro y fuera del ring.
Porque aprender a colocar los puños es aprender a escucharse a uno mismo y, a largo plazo, a confiar en sí mismo.
De todos modos, no vamos a negar que el hecho de ganar una pelea genera una satisfacción inmediata, ya seamos niños o adultos. Pero será precisamente a través de ganar unas veces y perder otras que aprenderemos a valorar el esfuerzo de nuestro trabajo.
También a gestionar la frustración y las emociones negativas cuando perdamos o no seamos capaces de llegar a dónde creíamos que llegaríamos.
Aprender sobre la no violencia
Entre los beneficios más importantes del boxeo para los niños, sin duda, el aprendizaje de la no violencia es uno de los primeros. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que tendemos a ver el boxeo como un deporte de combate violento, donde los guantes de boxeo son una herramienta para golpear cada vez más fuerte, y donde los practicantes son competidores sin miedo y sin reproches.
En realidad, el niño deberá entender el sentido de los golpes, la utilidad de la técnica, el saber gestionar la energía, el cómo influye nuestra mente en nuestras acciones. Elementos que un niño puede utilizar para comprender y aplicar la no violencia y comenzar a practicar este deporte desde la estrategia, la fortaleza y el entendimiento.
De hecho, al practicar un tipo de «violencia» en el ring, se dará cuenta de la importancia de esta última en la vida cotidiana.
El boxeo, asociado a la comprensión de la fuerza y a las consecuencias que puede tener, el boxeo tendrá el objetivo de canalizar los impulsos para dar golpes solo en el ring.
Los niños pegan por varios motivos¹:
- Para defenderse
- Cuando se sienten amenazados para protegerse
- Cuando están rabiosos
- Cuando se sienten de malhumor o con frustración
La mayoría de los niños han pegado alguna vez porque sienten emociones que no saben cómo manejar y su respuesta es pegar. Por desgracia, muchas personas llegan a la edad adulta con esas carencias y falta de autocontrol.
Es trabajo de los padres explicarle a sus hijos cómo gestionar esos momentos de rabia o frustración. Hacerles entender que hay otras vías más allá de pegar a otra persona, dar golpes al mobiliario o incluso autolesionarse.
El ring y las clases de boxeo serán el único momento permitido en el que el niño puede «agredir» a otro.
Entender el cuerpo
El deporte es algo hecho para todo el mundo. Todos podemos encontrar un deporte hecho para nosotros y, en el caso del boxeo, este está especialmente indicado para los niños, desde una perspectiva corporal.
¿Te sorprende esta afirmación? Vamos a reflexionarla un poco. El motivo es que golpeando, esquivando y moviéndose en un cuadrilátero; el niño pondrá en movimiento todo su cuerpo y la mente.
La victoria, aunque no es imprescindible, puede destacar como una meta a alcanzar para el niño. Y para lograr dicho objetivo, debes usar el cuerpo, y aprovecharlo al máximo de una forma inteligente. Así es como el niño empezará a conocer mejor su cuerpo y podrá también aprehender sobre sus reacciones en el campo.
No es ningún secreto que practicar un deporte nos hace más conscientes de nuestro cuerpo, de su estado, de los cambios físicos. Es como si le prestásemos más atención al lugar en el que se alberga nuestro cerebro y no lo veamos simplemente como un ente que nos mueve de un lado para otro.
La consciencia sobre uno mismo, sobre el espacio que ocupa, sobre cómo siente cada parte del cuerpo, etc. es algo que todos deberíamos cultivar.
Por lo tanto, hacerlo desde una edad temprana, ya sea a través del boxeo o de cualquier otro deporte, no nos aportará más que beneficios.
Superarse a sí mismos
Se dice que el boxeo es el más duro de todos los deportes, cuando en realidad es solo recibir un golpe.
Marc Escayrol, humorista francés
Entre el cardio y el fitness, el boxeo también permite a los niños dar lo mejor de sí mismos. Porque a este ejercicio físico se le suma la competición con los demás, pero también con ellos mismos.
Porque en un gimnasio, en un ring, el desafío es superarse, lo que implicará la victoria. Aunque el boxeo también enseña el autocontrol y la modestia. Es un hecho es que un niño a menudo quiere darlo todo para lograr la victoria. Desde esta perspectiva, el principio adversario lo estimulará y lo hará ansioso por competir para poder superarse a sí mismo.
En realidad, se trata menos de noquear a un oponente que de demostrarte a ti mismo que puedes hacerlo. ¡Una gran lección de vida!
Hay estudios que afirmar que todas las personas estamos condicionadas para competir; que lo llevamos marcado en nuestro ADN. No es algo tan descabellado cuando vemos que prácticamente todos los deportes son una competición.
El ansia de superarnos y la sensación de ser el mejor, nos lleva a hacer casi cualquier cosa. Se podría llamar instinto o naturaleza. Lo cierto es que es un motor que hace que mantengamos la motivación y las ganas.
Pero, ¡cuidado! No hay que dejar que esto se vuelva en nuestra contra. No todo vale. Esta es la otra cara de la moneda que el niño y el adolescente aprenderá en las clases de boxeo.
Los humanos, como sociedad, hemos trazado unos límites y hemos acordado unos códigos de conducta. Para ser parte de esta sociedad tenemos que adaptarnos a ellos. Al ver que no todo está permitido, al observar lo que la sociedad considera que está bien y está mal; el niño comenzará a ser consciente del entorno en el que vive; que va mucho más que dejarse llevar por sus instintos primarios.
Controlar la fuerza
Noquear a un oponente está bien en un combate, pero tienes que saber hacerlo correctamente.
El boxeo ofrece la ventaja de permitir que los niños (¡y los adultos!) conozcan su fuerza con precisión. Porque en la realidad, se trata de una persona real, y obviamente lo que está en juego es todo, salvo hacer daño.
Dirigiendo algunos golpes bien, el niño se dará cuenta rápidamente del peso de sus acciones y el alcance de estas; nuestros profes de boxeo en Madrid pueden ayudarte con esto. También tenemos profesores en el resto de España.
Una buena forma de medir cada una de las acciones en la vida diaria. Porque, no lo olvidemos, estamos dentro de un arte marcial, y los valores del respeto siguen siendo esenciales y fundamentales.
Es habitual que los niños no tengan conciencia de algunas de sus acciones. ¿Cuánta fuerza tengo? ¿Cuánto daño hago con un golpe? ¿Cómo repercute en mi cuerpo pegarme con alguien?
A través del boxeo, los niños podrán saber las consecuencias de usar la fuerza y de los golpes.
Te ponemos un ejemplo que te resultará familiar. Hay muchos niños que cuando se caen, inmediatamente empiezan a llorar. A los diez segundos se dan cuenta de que no notan nada y paran. Esto se debe a que han asociado desde pequeños que caerse o llevarse un golpe implica dolor. También porque puede haber caídas anteriores en las que efectivamente se han hecho daño.
Por lo tanto, luego, cada vez que se caen, ya anticipan esa sensación de dolor y a veces se dan cuenta de que esa consecuencia no existe.
Esto les pasa a los más pequeños porque no son capaces de medir las consecuencias de un impacto, pero niños más mayores sí podrán desarrollar la capacidad de saber si un puñetazo dolerá más o menos. Si una caída puede producir mucho dolor o no. Así como saber cómo su propio cuerpo reacciona ante los impactos: esto me duele mucho, esto me duele un poco, si pego con esta fuerza puedo hacer mucho/poco daño…
Respetar a los demás
Es precisamente esta noción de respeto la que constituye un activo principal del boxeo para los niños. Digamos que es uno de los beneficios en los que se puede diferenciar más de otros deportes.
Al vincular cuerpo y mente, los pequeños boxeadores comprenderán rápidamente que en un ring de boxeo, son dos, y que nadie está en una posición de debilidad más que otro. Los dos participantes están en igualdad de condiciones, con sus únicas armas, sus guantes de boxeo y su entrenamiento.
Luego se establece un mecanismo de identificación interna, de modo que el niño comprende rápidamente que se requiere respeto, aquí como en cualquier otro sitio.
Y como mencionábamos con anterioridad, saber respetar a los demás, tener límites y saber vivir en sociedad. El objetivo de un combate de boxeo es ganar, o que es lo mismo, que el otro pierda. Sin embargo, esto no puede hacerse a toda costa. Aprender a respetar la integridad física del contrincante será un punto de inflexión en el desarrollo del pequeño.
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Respetar las reglas
Una etapa clave en el proceso de desarrollo de un niño. Vivir en sociedad es tener una serie de derechos y obligaciones. Esto es así, y saltarse las reglas a la torera no denota más que una falta de comprensión del entorno en el que nos ha tocado vivir (otra cosa es saltarse las reglas siendo conscientes de las consecuencias, y sabiendo lo que nos acarreará asumirlas).
Vivimos en una sociedad con reglas para todo, que es precisamente lo que nos permite seguir viviendo en una sociedad. Obviamente las reglas se puede cambiar, pero antes debemos conocerlas y entender por qué se habían establecido.
Por lo tanto, las reglas son las que guiarán al niño u adolescente en su progresión en el boxeo.
Simbolizadas por el profesor de boxeo, serán como un faro en la noche a las que el niño podrá aferrarse. Y es que en realidad en las etapas tempranas el pequeño necesita eso: unas reglas claras de conducta, un sendero despejado por el que sabe que puede caminar y no tiene ningún peligro.
Luego ya hay tiempo de salirse del camino, experimentar y ver qué pasa cuando llegamos a terreno desconocido.
De hecho, tras esa fase de experimentación y descubrimiento, no son pocos los adultos que les gustaría que les indicasen qué camino seguir y qué hacer. ¡Cómo va cambiando la cosa!
Así, el niño aprenderá a seguir y respetar las reglas; pero sin duda también será quien de transgredirlas y por ello ser llamado la atención. Un buen profesor debería ser capaz de explicarle a sus alumnos por qué no se pueden romper esas reglas en el boxeo, que estarán ligadas a las nociones de respeto y seguridad.
Por lo tanto, desde una perspectiva lógica, cada boxeador junior comprenderá que las reglas son el eje de una buena práctica de boxeo, en clases grupales o no. ¡No olvidemos que este es un deporte cuyos valores son fundamentales para progresar y prosperar!
Aprender a levantarse tras una caída
El boxeo es fitness, es entrenamiento cardiovascular, es un intercambio, pero también es una hermosa metáfora de la vida.
Por lo general, aprender a levantarse tras una caída (literal y metafóricamente) es una parte capital de la disciplina, que pondrá en práctica muchas de las facultades de un niño, comenzando con la modestia y la humildad.
Porque sí, es posible, e incluso obvio, que perdamos un combate de vez en cuando, y eso es normal. No debemos desanimarnos, ni rendirnos. El boxeo enseña esto a todo aquel que lo practique, y entenderlo desde pequeño puede ser toda una victoria… ¡sobre la vida!
Queda claro que el boxeo es bueno para niños tanto como lo es para los adultos. Hay lecciones de vida que cuánto antes aprendamos mejor; pero nunca es tarde.
Aprender a defenderse
Finalmente, en esta misma línea, el boxeo es una disciplina que aboga por la no violencia, por el respeto al otro, por la superación de uno mismo; pero también consiste en aprender a defenderse. Porque, no lo olvidemos, se trata de un deporte donde el físico entra en juego principalmente, y donde lo que está en juego es luchar en un ring. Por «luchar», no nos estamos refiriendo a «hacernos daño», pero es fundamental aprender a defenderse.
El boxeo les enseña a los niños esta noción, para un comienzo de vida más asertivo y, en general, más sereno. Porque esta es también la fuerza del boxeo: conciliar lo físico, lo espiritual y lo mental, todo desde un enfoque de benevolencia, garantizado por un maestro.
Lo de «aprender a defenderse» es algo que podemos aplicar de forma literal pero no solo en el plano de lo físico. Bien es cierto que tener habilidades de lucha puede ser útil si alguna vez nos agreden.
No obstante, también es importante aprender a defenderse en todos los ámbitos. El niño aprenderá que si es agredido tiene el derecho a defenderse dentro un marco de reglas y respeto. Del mismo modo, también será consciente que su desarrollo intelectual y autoconocimiento siempre jugarán a su favor.
Entonces, dicho todo esto, ¿vas a apuntar a tu hijo a las clases de boxeo para niños? Quién sabe, ¡puede ser que haya un futuro campeón mundial en la familia! Y si no, con que el niño obtenga todos los beneficios que te hemos mencionado, el combate ya está más que ganado.