El malagueño Samuel Molina estampó su nombre en la historia del boxeo español, al proclamarse el pasado sábado Campeón de Europa del peso wélter, derrotando a los puntos al francés Jordy Weiss. El duelo se disputó en Laval (Francia) y el español se impuso por decisión mayoritaria: 116-112, 116-113 y 114-114.
Con la estrategia clara desde el inicio, el componente de la Saga Heredia saltó al ring muy concentrado y, tras un primer asalto de estudio que ganó el francés, pasó a imponer su ritmo: el golpeo al cuerpo y sus acciones explosivas, entrando y saliendo, parecían darle la mayoría de los asaltos, pese a que algunos golpes rectos de su rival, claros pero sin fuerza, constituían el único pero que objetar al dominio del español.
Desde el 9º asalto, Weiss pasó al ataque desesperado, buscando cambiar el rumbo de los acontecimientos. Sin embargo, su ofensiva, cabeza por delante y con más corazón que ideas, se encontró con un púgil español que lanzaba y, sobre todo, llegaba con más precisión (excepto en el 10º round). Incluso, el campeón francés, que defendía el cetro voluntariamente, pasó por un mal momento en el último parcial, aunque supo recuperarse dando muestras de un gran pundonor.
El anuncio del veredicto se retrasó durante unos minutos de incertidumbre, aunque la lógica se impuso al final y Samuel Molina se convertía en el segundo malagueño en ser campeón continental y en el quinto peso wélter del boxeo español, tras Alfonso Redondo, José Luis Navarro, Ferino V y Kerman Lejarraga.
Ahora, el sueño de Molina y los hermanos Heredia es poder realizar una defensa en Málaga, que constituiría el segundo combate de título europeo de la historia, tras José Luis Heredia vs Rodolfo Sánchez, disputado en 1979.